André Madeira (Portugal)
junio 23, 2013Jairo Rosales (Cochabamba-Bolivia)
junio 26, 2013Sucre es la capital constitucional de Bolivia y capital del departamento de Chuquisaca. En Sucre se resume la historia misma de Bolivia, desde sus orígenes más antiguos hasta nuestros días.
La ciudad es también conocida como «Charcas» (nombre originario hasta 1538), «La Plata» (1538-1776, durante el Virreinato del Perú), «Chuquisaca» (1776-1825, durante el Virreinato del Río de la Plata), «La Ilustre y Heroica Sucre» (desde 1825, a partir de la República, en honor al Libertador Antonio José de Sucre) y algunos sobrenombres como «La Ciudad Blanca», «la vieja» o «la culta». Sucre, desde una perspectiva exterior, se entiende como «la dulce» ya que en otras lenguas latinas europeas como el francés o el catalán significa «azúcar».
Sucre-Chuquisaca-La Plata-Charcas fue Capital Plena y Constitucional, sede de los tres poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial) hasta la Guerra Civil de 1898, cuando la derrota chuquisaqueña permite a los paceños transformar a La Paz en Sede de Facto del Ejecutivo y Legislativo hasta nuestros días. Actualmente Sucre conserva todavía el título de Capital Constitucional o Capital Histórica y sede del Poder Judicial de Bolivia, así como la capitalía del departamento de Chuquisaca.6 Geográficamente, Sucre se sitúa a 2750 msnm, en una cabecera de valles de clima cálido y seco. Es la tierra media entre las tierras altas de la meseta andina y las tierras bajas de los llanos del Gran Chaco, límite entre los sistemas hidrográficos del Amazonas (ríos Chico y Grande) y los del Río de La Plata (Cachimayu y Pilcomayu), tierra de pueblos Chuquisaqueños-Quechuas, frontera entre los pueblos Aymaras (tierras altas) y Guaraníes (tierras bajas); plaza fuerte de guerreros Charcas-Tarabucos, encargados de detener las constantes incursiones de los temibles guerreros guaraníes, y que en la batalla de la Tablada (1538) derrotan a los imparables peninsulares incorporando en sus atuendos tradicionales las armaduras de los castizos; cuna de hombres sabios, que tras reconocer la superioridad militar de sus adversarios optan por acogerlos y enriquecerse de su cultura y que actualmente se considera como el mejor «español» que por su rigor y su vocabulario antiguo y de muy alto nivel rivaliza con el castellano peninsular pero mantiene su independencia como uno de los más preciados patrimonios de la cultura chuquisaqueña.
Saber tomar las decisiones adecuadas en el momento adecuado no solo le conceden autonomía propia del hasta entonces dominio Inca (los Chuquisaqueños son el único pueblo que no paga el rescate del cautivo Inca), sino también de los propios peninsulares cuando las luchas fratricidas entre conquistadores están a punto de diezmar su población, toman el partido del monarca peninsular para conseguir su autonomía propia (Carlos V concede a los chuquisaqueños la Cruz de San Andrés como estandarte elevando a Charcas al rango de ciudad y sede de la Audiencia de Charcas, y Felipe II concede la Universidad jesuita de San Francisco y la sede arzobispal del Alto Perú). Es también enclave de gente visionaria que tras la ocupación napoleónica de 1808-1814 concluyen que «ni el imperio es tan fuerte como se creía, ni las colonias tan dependientes como se pretendía» y deciden tomar el camino de la libertad bajo la estrategia de desconocer toda autoridad que no sea la del monarca cautivo e incomunicado en Bayonne-Francia: es lo que se conoce como el «primer grito libertario» de América un 25 de mayo de 1809, y que un 6 de agosto de 1825, tras 15 años de lucha sangrienta, firman en el aula magna de la Universidad de Sanfrancisco Xavier de Chuquisaca, fuertemente impregnada de los ideales de «la Ilustración», la Constitución de la nueva República, Soberana e Independiente.
Tres instituciones han caracterizado la ciudad: La Iglesia, cuando en 1552 fue elevada al rango de Sede Episcopal, en 1609 a sede Arzobispal y hasta 1983 en Sede Cardenalicia, siendo su última cabeza el Cardenal José Clemente Maurer (1900-1990) enterrado en la Catedral; la Administrativa cuando en 1559 se convierte en Tribunal de la Audiencia de Charcas, el cual se transforma posteriormente en el Poder Judicial de la nueva República; y la Universidad jesuita cuando en 1623 se crea la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca (una de las primeras del nuevo mundo, fundada después de las de Santo Domingo, México, Lima, San Fulgencio y San Gregorio Magno, estas dos últimas en Quito), seguida de la Academia Carolina (1776) y de la primera Escuela Normal de Maestros (creada por el Mariscal Sucre en los primeros años de la República, actualmente Universidad Pedagógica) y de la Universidad Andina, y de algunas otras universidades privadas. Actualmente continúa siendo sede del Poder Judicial, compuesto por la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Constitucional, el Consejo de la Judicatura y la Fiscalía General de la República.7 Es también sede del Tribunal Agrario Nacional y de la Asamblea Constituyente.
En su trazado urbano se puede leer la historia de Bolivia, desde el trazado sinuoso original de la ciudad de los Charcas (barrio de la Recoleta, donde la vieja capilla franciscana se levanta sobre el antiguo templo de Tanga Tanga), la ciudad renacentista del periodo colonial (actual damero del centro histórico), el ensanche republicano en la circunvalación de la antigua vía de ferrocarriles de los años 40, los barrios obreros del periodo industrial de los años 80 y los barrios periféricos en torno a los principales ejes interregionales. Su arquitectura hace gala del viejo estilo peninsular o colonial, las fachadas neoclásicas o afrancesadas del periodo republicano, la ciudad jardín del modelo anglosajón en los barrios obreros, algunos exponentes eclécticos (Palacio de La Glorieta), art nouveau, art decó y de arquitectura moderna que intentan encontrar un frágil equilibrio entre lo antiguo y lo moderno. Su población se aproxima a los 300.000 habitantes, cuya educación máxima promedio es de 10,1 años para hombres, según el censo de 1991 (último disponible, dado el atraso del Instituto Nacional de Estadística de BoliviaFuente. Su población se caracteriza por su mentalidad conservadora y su castellano riguroso y antiguo, quizás el mejor conservado en el mundo y cuyo análisis lingüístico es todavía una tarea pendiente.